Finicio


Hola 


No saben lo feliz que estoy de volver a leernos. Durante las últimas entradas he estado presentando desde poesía – mal hecha, por cierto -, a historia del castellano, hasta una pequeña cápsula sobre un aspecto morfológico del idioma – la reduplicación, ¿recuerdan? -. ¡Ah que ha sido divertido! Sin embargo, hoy les vengo con algo muy distinto a todo lo que he hecho anteriormente. Antes de decirles de qué tratará esta entrada, debo de hacer un anuncio: he terminado mi primer semestre en la universidad. ¡Yay!

El tiempo ha pasado rapidísimo, ni lo he sentido y han ocurrido tantas cosas a la vez, he conocido a tanta gente y hecho más amigos de los que creía posibles en este semestre. Ha sido como aventarse en paracaídas, no me esperaba que durara tan poco y fuera tan entretenido.

Así que, debido a esto, redacto en este momento la entrada que no esperaba llegara tan pronto, que no imaginaba me haría sentir tantas cosas; escribo mi entrada de despedida.

Comentaré aquí algunos puntos sobre cómo fue este semestre para mí, enfocándome un poco más en cómo lo sentí y qué tanto crecí o mejoré con este curso, pero abarcando también, desde un punto crítico, la pedagogía que utilizó el doctor Sergio en esta materia. Vale, pues vamos allá.


Tengo que decir que este semestre fue de lo más constructivo para mí. Al inicio del curso sentí que era una materia difícil o, más bien, pesada. Mi encuentro inicial con la materia fue como intentar montar un caballo por primera vez, cuando lo vez es alto, grande, asusta un poco, pero una vez que te subes en él y comienzas a conocerlo, descubres que no es tan aterrador como parece, solo debes desarrollar y entrenar la técnica correcta que te permita aprender a controlarlo y, con el tiempo, generar un vínculo.

Esa fue más o menos mi experiencia con la materia, al inicio el volumen de información hizo que me sintiera algo presionada y hasta asustada de la materia, pero conforme se fueron desplegando los temas me di cuenta que no era tan difícil, solo tenía que aprender a organizarme y desarrollar un método que me permitiera aprender todo de una manera más amigable.

Debo reconocer que las lecturas de este curso fueron todo un reto para mí, pero fue justamente eso lo que me ayudo a conocerme más en cuestión de cómo leo y cómo aprendo cuando se trata de lecturas más especializadas. Esto me facilitó la creación de un método en base a mis necesidades y tipo de aprendizaje, que me permitiera desmenuzar el conocimiento para hacerlo más digerible.

Otro aspecto en el que me ayudo a mejorar  esta materia, y por lo estoy sumamente agradecida, es mi escritura. Ahora soy más crítica y pienso mucho en qué voy a escribir y cómo lo voy a escribir, de qué manera lo quiero decir, quiero que suene más académico o más chusco. Antes, escribía las cosas como se me venían a la cabeza, obviamente hacia una revisión al final del texto pero no tenía un ojo tan crítico como el que tengo ahora. Me gustó descubrir esta parte de la escritura, esta “oralidad” en papel, cómo plasmar el tono del texto en palabras.

También, he de decir que gracias a la dinámica de mostrar los blogs en clase, la participación y, especialmente, el presentar frente a la clase, logré dominar el miedo que le tenía a presentarme ante un público – bueno, no completamente, pero vaya que hice avances -. Agradezco esto porque sé que un futuro necesitaré capacidades como estas.

La verdad es que disfruté bastante la historia del español. Me encantó poder observar todas las transformaciones por las que paso para convertirse en lo que hoy y lo que no será mañana, porque eso sí me enseño el curso, una lengua se seguirá transformando, lo único con lo que esto se detendrá es con la muerte del idioma.


Bien, pasemos a terrenos un poco más peligrosos: mi crítica constructiva hacia la pedagogía usada en el curso - chan chan chan -. Expondré mi percepción del curso periodo con  periodo, presentando los aciertos y las oportunidades de mejora que observé a lo largo del semestre. Empecemos.

El primer parcial para mí fue uno de los mejores, se podría decir que fue mi favorito. Las lecturas me parecieron un tanto complicadas pero no incomprensibles. La dinámica leer, comentar en clase y finalizar con entrada en blog resultó bastante bien para mí, ya que si no entendía algo de lo leído lo rectificaba en clase y me era más sencillo explicarlo en el blog después. La idea de tener algunos quizes para guiar las lecturas me parece increíble porque te ayuda a identificar qué es lo más importante de la lectura y al mismo tiempo repasas los contenidos, además de que el hecho de revisarlos en clase ayuda para su mejor comprensión. Me hubiera gustado tener un acompañamiento del profesor más guiado en algunos temas que eran complejos, no tanto una pedagogía autodidacta, sino tradicional.

El segundo parcial puedo decir sin pena - no me odie por esto, Dr. - fue muy desagradable para mí. Quizá es un sesgo personal porque no me gusta la poesía y fue lo que más - casi único *cof cof*- que se trabajó durante este pero a continuación expondré mis opiniones y ustedes decidirán si es pura subjetividad mía.

Durante este periodo se trabajaron 4 tipos de poesía, que son los publicados en el blog. La verdad es que hasta la fecha sigo sin entender por qué razón trabajamos con tantos poemas en una clase de historia y estudio de la lengua española pero bueno, continuemos. Se dejó una lectura al inicio del periodo y se nos recomendó ir adelantando la lectura del mismo, en un punto del periodo se envió el quiz de la lectura y casi no se comentó esto en clase, se vio una vez pero no se terminó de revisar. Además, el lenguaje de la lectura era más complicado que el de la lectura anterior, lo que entorpeció más mi aprendizaje. En lo personal me siento con un vacío de la historia de ese periodo del español, lo que sé es lo que compartí en la entrada histórica pasada y siento que es muy poco relacionado con el volumen de información del periodo anterior.

Pasemos al tercer periodo, este fue más ameno. La lectura recomendada fue súper entendible y el quiz nuevamente ayudó a resaltar los temas importantes, el único problema fue que en el quiz se hicieron preguntas de temas que no se habían dejado leer, por lo que tuve que releer los textos hasta encontrar la respuesta a las preguntas que se planteaban, este proceso me hizo perder mucho tiempo. La investigación me pareció una gran idea, ya que permitía dejarte envolver completamente por la gramática, que fue lo estudiado en el periodo - al menos así lo sentí yo -. 
La presentación de la misma de igual manera me agradó, ya que esto fortaleció mi capacidad para controlar los nervios frente a un público. Mi único problema con este periodo vuelve a ser lo poco que se comentó la lectura en clase, realmente no se vieron los temas expuestos en el libro en las sesiones destinadas a ellos, se tocaban más bien temas adyacentes a los que se leyeron – de nuevo, así fue como yo lo sentí – pero no se profundizó en los temas de la lectura. Y para finalizar - porque le falta la cereza al pastel - no me agradó la idea de que la evaluación final fuera una declamación de poesía, repito, era una clase de historia y estudio de la lengua española, no de poesía o algo así. Además, en esta última se juntaron dos de mis cosas menos preferidas: la poesía y presentar a un público. La idea no me encanta y no hallo su función dentro de una clase de historia del castellano.


Vale, esto ha sido mi pequeño review sobre el semestre en cuanto a esa materia. La verdad es que como semestre completo también lo disfrute bastante pero como ocurre con todo para que haya equilibrio, cada inicio tiene su fin, y así es como llegamos a este. Me basé en esta idea para construir el título de la entrada: Finicio → Fin + Inicio, porque todo es un ciclo que se conecta y se cierra.

Ha sido un placer para mí compartir con ustedes pero sobre todo, conmigo. Descubrirme, encontrarme y estar segura de lo que soy capaz de hacer ha sido el regalo más grande y espero que algún día ustedes también tengan un encuentro con ustedes, con sus reflejos y se encuentre, se descubran.



Salve atque vale, mis amigos.

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