¿Quién dice que no podemos hablar árabe?
مرحبا
Me alegra leernos una vez más. En la entrada anterior estudiamos un poco la influencia germánica
en la legua española. Pues bien, ahora es el turno de la influencia árabe. Sí,
por si no lo sabían, el español tiene una vasta influencia del idioma árabe. Así que, comencemos.
La España árabe
Como comentamos en la entrada anterior, en el siglo VIII los árabes invadieron la Península. Esta invasión se consolida con la derrota de el rey Rodrigo (último rey godo), ocurrida en la batalla de Guadalete en el año 711. Fue entonces cuando, bajo el mandato de Tárik, los germánicos sucumbieron y dijeron bye bye a su querido impero. Ya para el año 718, la península era territorio de los "moros" - apodados así los árabes por los españoles-.
Imagen tomada de: https://historiaespana.es/edad-media/conquista-musulmana |
A diferencia de los Visigodos, los moros no impusieron su régimen a base de violencia, a excepción del inicio - Obvio, la conquista implica violencia -, sino que, una vez dominado el imperio, coexistieron y convivieron de manera pacífica con el pueblo. Trajeron consigo no solo su religión, también se reconoce la llegada del cero, así como otros nuevos conocimientos que solo poseían estos pueblos árabes. Facilitaron el sistema numérico y dieron a conocer el álgebra, el ajedrez, al igual que la química - muchas cosas bellas, ¿a que sí? -.
El periodo en el cuál la península estuvo dominada por los árabes fue un periodo de esplendor y crecimiento. España se convirtió en una metrópolis, a la cual acudían personas de todos los lugares para adquirir los conocimientos musulmanes que solo allí se tenía. Las personas que se convirtieron al Islam - religión que ya tenía alrededor de 89 años - no fueron obligados, sino fue por decisión propia. La cultura árabe fue muy flexible y tolerante - quizá los demás pueblos debieron de aprender más de ellos. Si eres tolerante y sabio, puedes llegar a mantener un imperio durante un largo tiempo. Ocho siglos para ser exacto -.
Para el siglo XVI, Juan de Valdés decía que, para los vocablos arábigos que se adoptaron, no existían otros distintos en latín. Aunque también, para lo estos vocablos que tenían su equivalente en latín, se preferían los árabes. Y es así como ahora nuestra cuenta con alrededor de 4000 palabras de origen árabe o "arabismos" - vaya que nos gustaron sus palabras -.
Influencia Arábica
Se sabe que la mayoría de las palabras - remarco, no todas - iniciadas con "al" provienen del árabe, tales como: almohada, alfombra, algodón, alfaneque, almíbar, alfeñique, albañil, álgebra, entre otras. Esto se debe a que en el árabe tiene un artículo "al", que puede transformarse en "a" dependiendo de la letra que sigue en la palabra. Vale, explicaré esto:
"Ajonjolí es una palabra de origen árabe. Como vemos, no es al-jonjolí, ¿por qué? Es sencillo. Porque sería muy complicado pronunciarlo. Inténtenlo y verán. ¿A que no es sencillo? Esta "costumbre" del idioma de quitar o cambiar fonemas que juntos son difíciles de pronunciar se conoce como economía lingüística"
Otra de sus aportaciones fue la partícula demostrativa "he": he de hacer esto, he de ir allá.
También, a los árabes les debemos el nexo sintáctico "hasta": desde... hasta. Así como la expresión "de balde" o "en balde" - que proviene de baldío: inútil sin valor -. Esa expresión las usan mucho mis abuelitos, seguro los suyos igual.
De los 4000 arabismos que tenemos en el español, la mayoría son sustantivos. Se tiene conocimiento de 8 adjetivos y 3 verbos de entre todo el sustrato árabe en la lengua española. Cuando analicé esto me di cuenta de que seguramente los árabes trajeron consigo muchos objetos desconocidos a la cultura, y quizá por eso tenemos tantos sustantivos arábigos en el español.
También se sabe de los arabismos semánticos, los cuales no pasaron de forma lingüística sino por su significado, por ejemplo: "si Dios quiere", "que Dios de ampare" - lo podemos relacionar con ojalá (si Ala quiere) -.
A pesar de la basta influencia en vocabulario del árabe, los cambios morfológicos adoptados fueron casi nulos, conociéndose únicamente el sufijo "í": marroquí, alfonsí, sefardí, etc.
Pasando ahora de la influencia de los árabes en la lengua, a su influencia en la cultura, uno de sus más grandes aportes - a mi parecer - fue la piedra filosofal. No tomándola por el misticismo que esta conlleva, sino por la búsqueda de esta - Paréntesis, para los que no sepan que es la piedra filosofal o solo tengan la vaga idea de la referencia en Harry Potter, la piedra filosofal era una sustancia alquímica que era capaz de convertir metales bases, como por ejemplo el plomo, en oro. En algunas ocasiones, se decía que era fuente de vida eterna ( Bosveld, J., 2010) -.
Volviendo a la idea, siento que los árabes trajeron consigo esa hambre de conocimiento, esa búsqueda eterna de sabiduría. No solo el hecho de este objeto "mágico", sino esta sed por buscar y encontrar. Esta idea de dudar y resolver las incógnitas que surgían.
Volviendo a la idea, siento que los árabes trajeron consigo esa hambre de conocimiento, esa búsqueda eterna de sabiduría. No solo el hecho de este objeto "mágico", sino esta sed por buscar y encontrar. Esta idea de dudar y resolver las incógnitas que surgían.
Piedra Filosofal. Imagen recuperada de: https://goo.gl/AJPRL7 |
Manual de Newton sobre la piedra filosofal. Imagen tomada de: https://goo.gl/ZKEBLA |
Mozárabes
Uno de los aportes más grandes que dejó esta cultura fueron las jarchas (muwashaja). Que son poemas, generalmente narrados pos mujeres - ¡Yay! Women rule the world -, que llaman a su "habibi" (querido/amado). Son consideradas las primeras canciones, los primeros poemas escritos dentro de esta gran rama de familia de lenguas: la indoeuropea.
Jarcha mozárabe. Imagen recuperada de: https://goo.gl/b98A8n |
Bueno, eso ha sido todo por hoy.
Hasta la próxima que nos leamos.
Gracias por leer.
Referencias
Alatorre, A. (2008) Los 1001 años de la lengua española. 3ª ed. México : Editorial FCE.
Powell,
E. A. (2015). In Search of a Philosopher's Stone. Archaeology, 68(4), 34-37.
Bosveld,
J. (2010). Isaac Newton and the Philosophers' Stone. Discover, 31(6), 74-82.
Hilsdale,
C. (1999). Towards a social history of art: defining 'mozarabic.'. Medieval
Encounters, 5(3), 272.
de
Hartmann, C. C. (1999). The textual transmission of the Mozarabic Chronicle of
754. Early
Medieval Europe, 8(1),
13.
Comentarios
Publicar un comentario