¡No más! Campaña para detener los ejercicios poéticos
Saluton
Me alegra volver a leernos. Después de mi último intento por hacer algo de poesía - que por cierto no salió nada bien -, se me ha encomendado una nueva tarea. En esta ocasión les presentaré un glosa de creación propia.
Una glosa es - adivinen - un poema. Entre sus particularidades destacan que tiene rima consonante cada tercer verso, además de que mantiene una estructura octosilábica (8 sílabas) con un verso tetrasilábico (4 sílabas) cada tercer verso.
Como he hecho antes, dejaré un ejemplo de glosa profesional para que puedan compararla con la mía. En este caso hablamos de glosas elégicas, que son poemas de luto o en los que se llora o se lamenta una muerte.
Bien. ¡He aquí un ejemplo!
Dejaré por aquí una página donde pueden leer estas glosas explicadas.
Ahora, con ustedes, mi intento de glosa marriqueña. La verdad es que disfruté escribiéndola. Quizá finalmente pude expresar algo que en su momento no pude. Espero que les agrade.
Glosa
por la pérdida seres queridos
Por Лера
Entonces
el día llega,
lo
que está siempre latent,
aparece.
Tal
como tragedia griega,
la
ausencia se hace presente
y
adolece.
Se hace gris lo colorido,
lo
cálido se hace frío,
como
inerte;
reír
queda prohibido,
todo
se vuelve sombrío
con
la muerte.
Recuerdo
cuando te ví.
No
era la primera vez,
hacía
años,
con
solo siete sufrí,
pero
no con nitidez,
mas
con engaños.
Porque
¿cómo explicar eso?
Si
a un adulto cuesta entender,
más
a un niño.
“Dormido
está”, con un beso
me
dijeron, al irte a ver,
con
cariño.
Aunque
pequeña, entendí,
jamás
volvería a ser,
nunca
más.
¡Que
concepto para mí!
Muy
abstracto para comprender.
Ya
jamás.
Mas
contigo lo sentí,
pues
yo quince ya tenía
al
tú partir.
Volaste
cual colibrí,
digno
de fotografía,
con
tu reír.
Doloroso fue tu partir
y culpable mucho tiempo
me sentí,
pues no se pudo despedir
mi madre, ya que a
destiempo
llegó a tí.
"De haber salido
antes,
solo unos minutos
antes"
me decía,
mientras lágrimas
danzantes
brillaban como diamantes
en mi rostro.
Nos despedimos al aire,
pues tú ya te habías ido
lejos, lejos.
Mando saludos al aire,
corazón adolorido,
besos viejos.
“No estén tristes” nos
dijiste,
“con ustedes estaré
siempre, siempre”.
Debo aceptar que te
fuiste.
Cuando entendí, suspiré:
“hasta siempre”.
Vale, ya no me están gustando estos ejercicios, por eso el título. Espero que "alguien" - cof cof - lo tome en consideración y decida detener este intento de convertirme en poeta - aviso: no pasará -. Sin embargo, este ejercicio me ha parecido muy liberador. He puesto en esta glosa gran sentimiento. Una buena parte de mi se halla en estos versos. Espero que me escuchen desde donde quiera que se encuentren, pues esto es para ustedes, para aquellos que amé. Para aquel que pasó por mi vida como un suspiro y para aquel que estuvo y del que no me pude despedir. Salve atque vale. Hasta siempre.
Hasta la próxima que nos leamos.
Gracias por leer.
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